Nuestra labor como profesores de yoga es orientar a los alumnos de manera global durante las clases además de ofrecer sugerencias apropiadas a la práctica individual de cada uno de tus alumnos cuando es necesario.
Damos muchas clases diarias, cada semana, cada mes que terminan siendo muchas al año y puede que en alguna ocasión hayas sentido que suenas como un disco rallado en clase.
Cuando llega ese momento es hora de darle una vuelta a tus instrucciones de manera consciente para progresar en tu labor y poder ofrecer una mejor experiencia a tus alumnos.
Así que te voy a contar 4 pautas que puedas tener en cuenta para estas ocasiones:
1. Manténte alerta a tu enseñanza
Este es un consejo que nos sirve para todo, no sólo para tus instrucciones. Manténte siempre dispuesto a mejorar, evolucionar y aprender.
Para ello te recomiendo que durante unos días prestes atención a tus instrucciones en clase.Detectaaquellosinstantesqueserepitensinpresenciayquetehacensentir incómodo con tu enseñanza: las pequeñas “manías”, las “muletillas”, las secuencias de instrucciones repetidas sin alma como si estuvieras leyendo en voz alta las instrucciones de uso de un secador de pelo :/
Distingue entre las instrucciones necesarias que ayudan a tus alumnos a mejorar y las explicaciones que ya suenan muy manidas, arrugadas y cansinas y transformalas en algo positivo y eficaz o desechalas completamente.
Ten en cuenta también que no todo lo que se repite en clase es malo….los alumnos y los profesores nos servimos de la repetición para mejorar asanas, movimientos y profundizar en el camino de la práctica. Aquí también entran las instrucciones, por eso insisto en que tienes que detectar aquellas que te hacen sentir incómodo.
2. Práctica personal con otros profesores
Cada profesor imprime en su enseñanza toda su experiencia vital: su pasión, su vivencia, su transformación, su visión, sus miedos, sus anhelos…su enseñanza es un reflejo viviente de su propia práctica.
Por eso cada profesor que encuentres explicará los mismos conceptos, asanas, transiciones,pranayamas, etc. con supropio lenguaje..
Es bueno que amplies tu perspectiva de la práctica a través de lo que otros ven. Eso te ayudará a mantenerte abierto a más posibilidades, exponerte a otro modelo de enseñanza con otros planteamientos, secuencias, instrucciones, permanencias, ritmo, etc. y seguir aprendiendo.
3. Usa instrucciones variadas
Personalmente encuentro que las instrucciones pueden organizarse en torno a distintos grupos:
- Alineación: las instrucciones propias de la construcción, permanencia y salida de un asana.
- Energía: son las que usas para indicar la dirección de la energía a tus alumnos. Las referidas a los bandhas, dhristis, prana, etc.
- Exploración: aquí entran las instrucciones que ayudan a tus alumnos a profundizar y a aumentar la percepción de su cuerpo y sensaciones, por ejemplo en prasaritta padottanasana: “observa cómo al intentar acercar los pies entre sí se activa la cara interna de las piernas y el suelo pélvico”.
- Conexión: instrucciones que pretenden llevar al alumno hacia dentro, hacia su respiración, sus emociones y la conexión con su Ser Esencial.
- Expresión: éstas son las instrucciones que llevan al alumno a conectar con imágenes, metáforas y símiles que les ayuden a sentir el asana de manera plena, que puedan aumentar su vibración e integrar la energía en su práctica. Por ejemplo, en Virabhadrasana II: “siente la fortaleza del asana… cómo a través de la solidez y estabilidad de tus piernas, tu columna puede encontrar la energía para crecer y liberarse” o “siente tus brazos extendiéndose sin rigidez, firmes y ligeros como alas”.
Para que vayas guiando a tus alumnos a través de tu clase y no te centres siempre en las mismas instrucciones, intenta ir alternado con sentido común las distintas variables de las instrucciones.
Generalmente tendrás que dedicar más tiempo a las instrucciones de alineación, pero el resto las puedes ir combinando para enriquecer la experiencia de tus alumnos.
4. Dedica tiempo al estudio
Creo firmemente en este punto y en muchas consultorías presenciales insisto a los profesores con los que trabajo: tu práctica personal es importante pero tu espacio para el estudio también.
Necesitas leer, estudiar, dedicar tiempo a mejorar en anatomía, en pedagogía, en filosofía.
Puedes acudir a talleres específicos, estudiar online o leer libros, no es necesario que hagas un máster, pero ten esta intención presente para que puedas seguir nutriendo tu práctica y añadiendo conocimiento a tus clases.
Espero que estos 4 consejos te ayuden a reflexionar sobre tu manera de mejorar tus clases y puedas extraer ideas que te sirvan de manera práctica. Déjame saber qué al te ha parecido mi artículo con un comentario aquí abajo.
Acerca de la autora
Susi Mas es profesora de yoga desde hace 10 años y fundadora del Instituto de Yoga (institutodeyoga.es) donde acompaña a profesores de yoga recién titulados a perfeccionar y mejorar su enseñanza mediante recursos gratuitos, asesoramiento y formaciones online.
Namasté!!!! Gratitud infinita gracia por compartir tu experiencia y tus conocimientos
Muchísimas gracias! Recién hoy pude tomarme tiempo para leer el artículo y me encantó, coincido en los aspectos que remarca como importantes. Espero seguir recibiendo estas buenas propuestas.
Gracias Alejandra, me alegro de ser útil, seguro que vendrás muchas más propuestas directas a mejorar tu enseñanza 🙂
Hola!!!!! Soy instructora de yoga y tus enseñanzas me ayudan muchísimo, agradecida por tanto, un gran abrazo!!!!